CULTURA Y TURISMO

CONOCE GUAREÑA

NUESTRA HISTORIA

La historia de este pueblo es tan interesante y rica como desconocida. Basta tan sólo contemplar el trazado de las calles próximas a la iglesia de Santa María para comprobar como las calles se estrechan, se curvan, adaptándose a los niveles marcados por el cerro que corona el casco urbano de Guareña… Se trata de un ejemplo de esquema callejero medieval.

El problema surge cuando nuestro pueblo crece y se desarrolla sobre sí mismo, y no queda lugar para el testimonio de otras épocas. Hoy, por tanto, es muy difícil calcular la auténtica antigüedad de la población. En cambio, si que podemos aproximarnos a aquellas poblaciones que se desarrollaron en lo que hoy es nuestro término municipal.

Para ello, podríamos remontarnos miles de años atrás. En nuestras inmediaciones han habitado personas en la época neolítica, pero si nos ceñimos únicamente al término, nos quedamos en época Calcolítica (también llamada Edad del Cobre), sobre esta época en nuestra tierra poco sabemos, sin embargo, sí que tenemos algún que otro asentamiento de este momento del Tercer milenio antes de Cristo, la pena es que no tengamos ninguno excavado, en contrapartida, muchos de los existentes están registrados en importantes publicaciones sobre arqueología.

Al este del término, en las inmediaciones de la China, aparecieron fragmentos de recipientes cerámicas y otros objetos para moler cereal, y otros de tipo constructivo, para la construcción de sus chozas. El número de yacimientos de esta época sigue creciendo, pero ninguno está excavado.

Dando un pequeño salto en el tiempo nos vamos a la Edad del Bronce, a Guareña llega esta época algo más tarde, pero deja alguna evidencia: un buen ejemplar de hacha de este metal, con un filo cortante, un talón para ejercer más fuerza, y dos elementos para ser atado mejor el mango. Cuando se publicó esta hacha en 1977, ya estaba en paradero desconocido, pero se sigue registrando como un importante ejemplo de esta época.

De la Edad de Hierro también encontramos algún yacimiento aún por excavar en nuestro término.

La entrada de las legiones procedentes de Roma en nuestra península hace que se produzca un cambio brusco en la forma de vida de los habitantes, que a pesar de su resistencia acaba por adaptarse a sus costumbres, a su lengua y a su religión. Se repartieron tierras a los nuevos colonos romanos.

La riqueza que llegaron a amasar estos nuevos propietarios que da patente en las lujosas casas de campo que se hicieron construir. Pronto el Guadiana se llenará de estas villas o especie de cortijo de señores, nuestro término municipal está lleno de estos edificios, pero en verdad, el más importante, o uno de los mayores, fue el del Pozo de Cañada. Este yacimiento se diferencia del resto, en que ha quedado constancia de su existencia a través de unas excavaciones llevadas a cabo a principios de siglo por un arqueólogo de prestigio, ]osé Ramón Mélida.

Éste descubrió una especie de patio rodeado por columnas de mármol, sobre unos muros totalmente decorados con pinturas de ricos colores y todo el conjunto rodeado por un suelo de mosaico, reproduciendo diversas figuras, propias del mundo romano.

Ya cerca del propio Guadiana,, hace unos años tan sólo, se descubrieron algunas piezas de mármol, entre las que destacan relieves con escenas de guerreros, bustos pertenecientes, quizás a esculturas completas, y sobre todo una estela funeraria, especie de lápida, donde queda inscrito el nombre del difunto y su origen.

Como consecuencia de la debilidad de Roma, algunos ciudadanos deciden esconder sus pertenencias, a salvo de posibles saqueos. Al menos, ésta puede ser la posible explicación para el caso de un pequeño tesorillo, formado por más de mil monedas de escaso valor, en las proximidades de Torrefresneda, al norte del término de Guareña.

Del periodo visigodo a pesar de que Mérida sigue constituyendo un importante centro cultural y político, sin embargo en Guareña son escasos los restos que tenemos de su asentamiento. Acaso dos piezas singulares de mármol decoradas testimonian su paso, nos referimos a un fragmento de pilastra decorada., por un lado, y por otro, un cuadrado calado y con una labra que muestra la reproducción de una flor y la estrella de Salomón.

Mérida en 1230 y la de Medellín en 1234, pues en las zonas fronterizas se levantaron atalayas de piedras (para observar al enemigo), y bajo la protección de uno de estos torreones pudo empezar a construirse el pueblo.

En trono a la mitad del s. Xlll, comienza la Edad Media Cristiana por estos territorios, el rey de Castilla y León, Fernando III el Santo, afianza su poderío gracias a las órdenes militares (especialmente la de Santiago) continuando sus conquistas por todo el territorio peninsular. Pero el Concejo de Plasencia compartió con su obispo el señorío de la tierra y términos de Don Benito y Guareña, no dependiendo ya de órdenes militares.

En la segunda mitad de este siglo (XIII) es cuando Guareña aparece por primera vez en los documentos escritos, en un privilegio concedido a Valdetorres por Alfonso X ‘El Sabio’, cuyas ventajas se hacían extensivas a Medellín y Guareña.

A finales, ya terminada la reconquista y el reparto señorial y jurisdiccional fue incorporada Guareña al reino de Castilla dentro de la tierra de Medellín como realengo, comenzando así el régimen señorial, se produce así un proceso de señorialización en época de catástrofes, epidemias, hambruna, dando una fragilidad política y demográfica que aprovechan los señoríos nobiliarios, ambiciones en terrenos que antes habían pasado casi inadvertidas, pasando todas estas tierras de Medellín en las que estaba incluida Guareña por diversas manos.

En 1340 (S. XIV), Guareña participó con sus recursos humanos en la Batalla del Salado y la toma de Algeciras contra los benimerínes (que habían tomado Gibraltar y asediaban Tarifa), mereciendo por ello nuestro pueblo algunos privilegios que concede Alfonso X. entre ellos el uso en sus armas de la Cruz Floreada del Saldo y el título de lealtad.

En el s. XV, aumentan y se consolidan, los señoríos laicos, cambiando de titularidad en este siglo muchos de los aparecidos en el anterior, reconociendo también los Reyes Católicos el título de Lealtad concedido anteriormente y además le dieron Fuero Real en 1498.

En el s. XVI, tras la hazaña colombina ocurrida en el anterior, 24 guareñenses llegaron a América, recogiéndose sus nombres en un trabajo de D. Vicente Navarro del Castillo “La Epopeya de la raza Extremeña en Indias”, destacando entre ellos Domingo de Medina, que conquista Guazawalco y Honduras.

El censo de la Corona de Castilla nos registra en Guareña a 613 vecinos, con una estructura de 567 pecheros, 40 hidalgos y 6 clérigos, lo que nos da 2452 habitantes. En un sentido no coincidente y también por estos años (1531-32) tenemos el Censo de Pecheros, editado con claros fines fiscales, por lo cual se duda de su veracidad, dando una población de entre 300 y 400 vecinos (1200-1600 habitantes). Se trata de una fase de recuperación demográfica tras los descalabros de la peste de la segunda mitad del siglo XIV y la mayor parte del XV.

En el siglo XVII de cual no tenemos ningún hecho destacaba,, decir que no es época favorable y expansiva como la anterior, en 1700 se constatan 377 vecinos, es decir, 1508 habitantes, por tanto, la reducción es tremenda y va a ser reflejo de todos los avatares que se dan en este siglo, pues va a ser un tiempo de sequías, hambres, malas cosechas…, junto con las migraciones que se hacían a América, posesiones europeas y a la periferia del país.

Contamos con diversas fuentes históricas en el s. XVIII, por lo cual la información que tenemos de entonces en numerosa.

En 1720 Felipe V le concede el título de Fiel a nuestra población por ayudarle en la Guerra de Sucesión,, y en 1734 se le concede la independencia por Cédula Real.

En 1751 se realiza el Catastro de Ensenada realizado con fines fiscales por Fernando VI. También Tomás López realizó el primer atlas cartográfico del país l y ya a finales de siglo en 1791 con motivos de la instauración de la Real Audiencia en Extremadura se realiza el cuestionario del Interrogatorio de la Real Audiencia, con el fin de conocer mejor la realidad por parte del Estado a través de 57 preguntas.

De estas fuentes se desprende bastante información: Guareña pertenecía al Condado de Medellín y al Partido de Trujillo, siendo su señor el Duque de Santiesteban, al cual pagaban distintas rentas.

El matrimonio de la heredera de éste con el Duque de Medinaceli a finales de siglo hizo pasar la villa a manos de aquella casa ducal, tratándose de un señorío jurisdiccional y no territorial,, pues el duque no poseía tierra alguna, aunque si había propiedades nobiliarias en el término, repartiéndose diferentes nobles las dehesas, y reflejo de ese señorío con las casas de aquella época.

En 1751 se tenía un alcalde por cada uno de los estados (uno por el noble y el otro por el pechero), teniendo también cuatro regidores que eran miembros del cabildo local, concejales que no ejercían ningún otro cargo municipal. Completaban la estructura el procurador Sindico del Común, en éste es en quien se basa el Estado Llano, que era el grupo social no privilegiado que no formaban ni nobleza ni clero (90%) para hacerse escuchar por el poder público, y un alcalde de la Santa Hermandad.

Según Tomás López, la tradición común de entonces cuenta que la primera fundación del pueblo fue un cerrillo, que se llama Cerro de las Chozas o Guarías por haberse fabricado allí chozas o guarías por los antiguos para cultivar estas tierras, y visto lo fértil que eran comenzaron a construir casas, no quedando hoy vestigios de las mismas allí. Se trata de un siglo al contrario que el anterior expansivo, fruto de cambios y progresos, contando ya en 1791 con 2532 personas y 510 casas entre las que destacaban las del Ayuntamiento, con un sistema de diezmos que debían pagar a la iglesia.

Ya en el siglo XIX destaca a nivel nacional el levantamiento contra los franceses, al cual se alistan 107 guareñenses en defensa de su libertad y de su cultura. La información de este siglo sobre el municipio nos la da Madoz en su Diccionario Geográfico, donde nos dice que Guareña es del partido judicial de Don Benito, que cuenta con 1000 casas y 30 calles, que ya tenia cementerio, y que su agua potable consistía en un pozo de agua dulce y varios salobres, siendo la producción de granos de todas clases, vino y aceite, con dos molinos harineros y tres fábricas de aguardiente, y además ya se contaba con una feria los días 9,10 y 11 de Mayo.

Los censos se comienzan a hacer con más regularidad y a partir de 1871 se forman los registros civiles, así en 1850 según Madoz hay 3220 almas y el último del siglo en 1897 nos da 6497 habitantes.

Durante el siglo XX Guareña no ha transcurrido diferente a las demás poblaciones, sufrió la masacre de la Guerra Civil Española estando en manos republicanas hasta el 30 de Septiembre de 1936 que entraron en la población las tropas nacionales. En los años 50 y 60 los efectos de la emigración que hizo descender a la población de cifras superiores a 10.000 habitante a cifras parecidas a las actuales sin constatar ningún otro hecho destacaba en la vida de los guareñenses a los, largo de la centuria pasada.

HISTORIA LOCAL

El territorio de Guareña, como lugar de asentamiento humano es muy antiguo. En esta zona hay vestigios que prueban una ascendencia prehistórica y romana. El origen de la población según el historiador Juan García- Murga es difícil centrarlo en fecha fija, y tenemos que basarnos en la información de los cronistas de la época. Autores como Mariana, Madoz, Cuadrado y Dozy le conceden un origen muy remoto, siendo conocida en tiempo de los romanos.

La población estuvo en poder de los musulmanes durante muchos años, apareciendo en la historia con su nombre actual en un privilegio concedido a Valdetorres por Alfonso X “El Sabio”, cuyas ventajas se hacían extensivas a Medellín y Guareña.

En la crónica de Alfonso XI aparece también incluida en el “Catálogo de pueblos” que ayudarán a dicho monarca en dos de sus grandes empresas: la batalla del Salado (1340) y el sitio y toma de Algeciras (1344).

La ciudad mereció en atención a sus méritos algunos privilegios destacando entre ellos el uso en sus armas de la “Cruz floreteada” del Salado y el título de “leal”, reconocido posteriormente por los Reyes Católicos que la declararon exenta de la Orden de Santiago, a la que pertenecía y le dieron Fuero Real en 1498.

Extraña el hecho de que Guareña y toda su comarca no pertenecieran a la Orden de Alcántara, muy poderosa en Extremadura, ello es debido a que por disposición del Rey Fernando III “EI Santo”, Trujillo, Medellín y Guareña permanecieran siempre al lado de la corona.

Desde el S. XVI hasta prácticamente la actualidad poco se conoce de la historia del municipio. Cabe destacar el hecho de que en los últimos años de la 2ª República, las rencillas y los enfrentamientos políticos fueran constantes, dando lugar ya en la Guerra Civil (1936-39) a matanzas indiscriminadas y ajustes de cuentas tanto por un bando como por otro. Guareña fue definitivamente tomada por el ejército franquista el 30 de Septiembre de 1936. Desde entonces hasta nuestros días, la vida de este municipio prácticamente ha seguido el mismo curso que la de España en general.

NUESTRO NOMBRE

El nombre de Guareña cuenta el filósofo y poeta local Eugenio Frutos que cuando estudiaba en el curso de Doctorado (1925-26) la asignatura Filología Románica, impartida por Don Ramón Menéndez Pidal éste le dijo que “Guareña” era un nombre de río, el mismo del francés Garonne (La Garonne), lo mismo que un pequeño afluente del Duero llamado La Guareña.

La derivación fonética es clara: la doble n da ñ; la ó acentuada o tónica se diptonga en ue, como siempre suele ocurrir, de modo que tendríamos la forma Guarueña. Lo que ocurre después es una metátesis, pasando la u de ue a la primera sílaba, que así se convierte en ua, y da como resultado final la palabra GUAREÑA, que debió ser por tanto el nombre del arroyo, aplicando después al núcleo urbano que, al parecer, a partir del siglo XIII se fue formando en torno a un primitivo torreón vigía, cuando era todavía esta tierra frontera de moros, esto es, inmediatamente antes de la conquista del Valle del Guadalquivir por Fernando III el Santo, constituyéndose ya en poblado a partir del XIV.

Nótese que este comienzo de la palabra, es decir la sílaba Gua, no tiene nada que ver con la palabra árabe Guad, que significa río, como en el mencionado Guad-al-quivir, que acabamos de citar, y que significa “río grande” .

NUESTRO ESCUDO

El escudo municipal se considera símbolo de todos los vecinos de Guareña, se revela como algo necesario para conferir inteligibilidad y bases de permanencia al núcleo poblacional, afianzando su independencia como entidad local.

El escudo es cuadrilongo y redondeado por su parte inferior, en el cual los muebles, armas, divisas y divisiones del blasón guardan suficiente base histórica y se encuentra bastante asimilado y reconocido por todos los habitantes del municipio.

Se trata de un escudo partido en dos cuarteles en los cuales se reflejan los hechos históricos de la villa.

El primer cuartel “de azur león rampante, flambeado y horquillado de oro, empinante de una columna del mismo metal”. Hace alusión a la denominación de “ Plus Ultra ” que en la heráldica española tiene claro significado de engrandecimiento y expansión territorial del reino; a este engrandecimiento contribuye Guareña a lo largo de la historia, destacando su papel en el descubrimiento y conquista de América aportando recursos humanos.

El segundo cuartel “cruz floreada acompañada arriba y debajo de dos medias lunas ranversadas en oro”. La razón histórica de este cuartel la encontramos en la “Crónica de Alfonso XI”, donde se explica la participación y comportamiento de la villa de Guareña en la Batalla del Salado ( 30 de Octubre de 1.340 ) ayudando al monarca castellano frente al poder invasor de los benimerines, por lo cual, Alfonso XI concede a la villa de Guareña las armas que conmemoran la victoria cristiana sobre el poder musulmán, representado con las dos medias lunas.

Queda reflejado la importancia y valía de las armas de Guareña reconocido por diversos monarcas con diferentes títulos para incluirlos en sus armas, el título de Lealtad en el Fuero Real de 1.498 concedido por los Reyes Católicos y el de Fiel concedido por Felipe V en 1.717 tras los sucesos de la guerra de Sucesión.

Jesús Espino Morcillo
Geógrafo

Escudo de Guareña