Preside la Plaza de España. Su fachada, de elegante y sobrio diseño clasicista, está resuelta en sillería de granito. En el cuerpo inferior se abren tres arcos, franqueados por pilastras de orden toscano, formando el soportal delantero.
En el segundo, producto de la remodelación efectuada en los años 30 de este siglo, aparecen cinco vanos adintelados, con los centrales destacados en forma de balconada, con placados laterales, y con un frontón coronando el principal. Un poderoso cornisamento rematado por bolas al gusto herreriano, y un atrio central, también moderno, donde luce el reloj, definen la zona superior.
La obra es del XVIII, constituyendo uno de los mejores modelos de edificios concejiles levantados en esa época en la región, entre los que destaca por su equilibrada monumentalidad.
Su arquitectura es de severo gusto herreriano, que hace que el edificio sea una de las muestras de su especie más señalado en la región. Durante los años 1992, 1993 y 1994 ha sido ampliamente remodela tanto en su interior como en sus fachadas.
La plaza, donde se encuentra ubicado, también fue remodelada totalmente en estos años, empleando materiales que ya existían en el Palacio Municipal y que además lo singularizaban, como la piedra de granito con la que está pavimentada. Con ello, la plaza y el edificio forman un todo unísono.
Del enriquecimiento de este edificio fruto de las remodelaciones, se señala la ejecución de la carpintería de madera, para lo que se ha seguido el mismo modelo de una ventana de las existentes, uniformando el conjunto, así como la incorporación de las vidrieras emplomadas con el escudo de la Villa.
La cerrajería está diseñada de modo similar a la que existía en los balcones que era más uniforme que el resto. Las farolas de aluminio se han sustituido por otras de fundición más acordes con el conjunto del edificio. Las farolas de diseño fernandino, también se utilizan en los soportales situados en el cruce de cada una de las tres bóvedas de arista que los conforman, así como en toda la plaza.